Esta semana he asistido a un curso en la sede de la UNED de Palma titulado Ciencia en el crimen. No iba yo muy convencida de lo que iba a encontrar tras estas cuatro palabras, y me he dado de bruces con una auténtica maravilla. Quién me iba a decir a mí que esto de la Policía Científica me iba a sorber de tal forma el cerebro. A mí, que ni siquiera me gusta la cantidad de series tan al uso sobre estos temas que puebla como setas los canales de televisión. Pero la realidad es otra cosa muy distinta, y los ponentes de las conferencias han resultado ser unas eminencias anónimas que quitan el hipo. Estoy segura de que no les voy a olvidar nunca y de que sus vivencias me han marcado profundamente. Quién sabe, quizá me sirvan como inspiración para crear algún personaje de mis novelas.
Si el año que viene lo vuelven a realizar estoy planteándome apuntarme de nuevo, y os recomiendo encarecidamente que lo hagáis si os sentís atraídos por estos temas y, si no, también. Además se puede asistir también online a tiempo real desde cualquier punto de España. Es verdaderamente apasionante. Eso sí, las imágenes son sumamente duras, así que no es conveniente si no sois muy estables estomacal o emocionalmente. Baste decir que en algunos momentos hubo gente que abandonó el aula.
Bueno, no entraré en detalles, pero ya habéis visto que estoy totalmente fascinada. Con profesionales como estos os podéis ir olvidando los que estáis obsesionados con encontrar el crimen perfecto. Yo ya lo he descartado, aunque Patitieso se haya obsesionado ahora con que le voy a envenenar con arsénico cualquier día de estos por aquello de que está cojo-impedido. Menuda tontería, ¿no? ¡Con arsénico! ¡Si dejar rastro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario