miércoles, 28 de diciembre de 2011

Candidatas a la inocentada de hoy

Como todos los 28 de diciembre, resulta un ejercicio entretenido leer el periódico en busca de la inocentada del día. Normalmente son pocos los que pican porque está demasiado claro desde el principio, pero este año me ha resultado más difícil de lo normal. Y no es que me haya resultado difícil porque el montaje del diario Última Hora, que es el que he tenido en mis manos, no fuese una chapuza considerable, sino porque había muchísimos titulares que me parecían susceptibles de ser una broma o, al menos, me han hecho exclamar algo así como "¡Esto sí que suena a cachondeo!". De modo que ahí van algunos de esos con pinta de broma que, desgraciadamente, son totalmente ciertos:

FINALISTAS

El Rey gana 292.752€ brutos al año y el Príncipe, la mitad
Diario de Mallorca

Y eso que no pagan hipoteca.


La luz ha subido un 75% en cinco años
Diario de Mallorca

La factura de Marivent dará miedo.



El Gobierno anuncia a los sindicatos que congela el salario mínimo
Última Hora

Esto tiene pinta de durar más que la Edad de Hielo.



Matas amplía su querella al Ministerio del Interior por la medalla al juez Castro
Última Hora

Pues yo me voy a querellar en los tribunales contra el Rey por lo del sueldo y contra Rajoy por lo del salario mínimo. Puestos a querellarse cada cual se querella contra lo que quiere y contra quien quiere, que para algo estamos en un Estado de Derecho. ¿Y qué si lo hace por distraer la atención?


Mel Gibson paga 380 millones de euros por su divorcio
Diario de Mallorca

Comentario de macho ibérico: "Pues sí que le ha salido caro el polvo."


La Generalitat asume un crédito al 6% para pagar la extra a los funcionarios
El Mundo

Estos funcionarios sólo piensan en comer gambas en Navidad. 


Torrente vuelve a salvar al cine español
El País

Vivan las subvenciones del Ministerio de Cultura.

Clinton expresa su preocupación por la democracia en Hungría
El País

¿Y por qué no se preocupa por la democracia en EEUU?


GANADORA INDISCUTIBLE

Alumnos de 1º y 2º de ESO tendrán ordenador portátil
Diario de Mallorca

De lo contrario corren el riesgo de aprender a leer y a escribir.



sábado, 24 de diciembre de 2011

martes, 20 de diciembre de 2011

Viendo el lado bueno

Esta entrada iba a llamarse "Cuento de Halloween con retraso - Aventuras de la Abejita Novata II", pero al final he optado por hablar en primera persona, dado que nuestra simpática abejita Novata tiene los días contados y, además, no quiero que su última (y segunda) aventura sea un cuento de terror.

El caso es que he estado pensando que no, ni hablar. No todo va a ser llorar y pasearme de aquí para allá con los ojos hinchados como dos naranjas, lamentando mi maldita suerte y las injusticias de este mundo cruel. No todo va a ser dramatizar y ver la paja en el ojo propio en lugar de la viga en el ajeno, ni machacar a los que me rodean todo el día erre que erre con la misma cantinela. De modo que voy a hacer un ejercicio de reflexión profunda, consistente en respirar diez veces y hartarme de chocolate negro Lindt relleno de crema de naranja (se aceptan donativos de tabletas en mi domicilio habitual, aunque aún no lo venden en Dealextreme). 

Al fin y al cabo, dicen que de las grandes crisis surgen las grandes oportunidades, y a pesar de que yo aún no he visto la gran oportunidad que está viviendo el mundo en esta era de arenas movedizas, voy a optar por hacer lo que hace todo el mundo: pensar que lo mío es diferente. Por tanto, pensaré que  mi crisis sí que es una oportunidad. No es un naufragio, sino una buena forma de aprender a nadar, aunque sea a tortas (ostras, ¿no me estaré pasando de optimista? Creo que me han sentado mal los barbitúricos con whisky que me he tomado antes de escribir esta entrada. Vaticino que el texto acabará evolucionando hacia lo cursi).

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cuento de Navidad - Las aventuras de la abejita Novata I

Había una vez una Colmena de abejitas que producían su miel de 8 a 3. Dirigía dicha Colmena una Abeja Reina elegida por sufragio universal que se dio a conocer a las obreras en las primeras semanas de su reinado (allá por primavera, cuando la campaña del polen) y, casualmente, no había vuelto a dar señales de vida desde entonces. En su lugar, abejarrucos uniformados con traje y corbata dirigían subcolmenas poco interconectadas entre sí. De hecho, muchas abejitas de subcolmenas distintas se cruzaban por los pasillos sin zumbarse siquiera, nada de buenos días, cómo están hoy las flores, fulano, qué sol radiante, ni cosas de ésas de la más elemental educación de las relaciones humanas (perdón, abejiles). 

Y así, para la Abejita Novata (en quien centraremos esta historia), los rostros de las abejitas de otras subcolmenas distintas a la propia se mezclaban en una masa informe de rostros desconocidos, a los que era imposible ponerles nombre o función.

Sin embargo, cuando llegó la Navidad (tiempos de amor, de paz y de fraternidad), parecieron olvidarse los silencios de los pasillos y la Colmena casi al completo (más de 250 integrantes) se puso de acuerdo para celebrar un ágape de jalea y néctar a cuenta del propio bolsillo de cada insecto (28 euros, ¡vaya robo! La friolera de 7000 euros para el restaurante). Quizá por inercia, quizá por pasar un buen rato con las simpáticas y divertidas abejitas de su subcolmena (la Ultratumba), Novata decidió apuntarse al evento aún a costa de su maltrecha economía personal. Se vistió con sus mejores galas y se dirigió al lugar de la celebración un poco a la expectativa, pues Novata es de por sí tímida y ligeramente asocial (la abejita MMC, bióloga de la Ultratumba, seguramente emplearía la palabra borde). Pero descubrió, no sin cierto desconcierto y hasta con un poco de estupor, que los silencios de los pasillos seguían siendo la tónica general, que la comida tasada en 28 euros no merecía ni 14 y que la música no era, es ni será nunca el punto fuerte de la Colmena (pero por Dios, de verdad, ¿de dónde demonios salieron esas canciones? ¿Qué alma diabólica y retorcida las compuso y qué otra alma negra como el carbón se confabuló con ella para elegirlas?).

Ante semejante panorama, la tesis que empezó a cobrar fuerza en la mente de la Abejita Novata era que la Abeja Reina (que no había hecho acto de presencia), les estaba observando a través de un Ojo que Todo lo Ve y se estaba tronchando de la risa. Y no era para menos. "Mira estos pringaos, una rodajita de merluza a la plancha, cola de agua con gas y jarabe y música de funeral, ¡y tan contentos!".

Porque nuestra simpática abejita protagonista se dio cuenta dolorosamente de que se lo había pasado mucho mejor el jueves en la Ultratumba jugando al amigo invisible que en el ágape multitudinario de jalea y néctar de garrafón (éste fue el regalo que le tocó en suerte. El subtítulo del blog no tiene desperdicio y es hasta adecuado).

Así que, al concluir la noche, la Abejita Novata juró, con la mano derecha sobre los Estatutos de la Colmena y el puño izquierdo en alto, que no volvería a ir a ninguna cena de Navidad durante el resto de su vida. ¿Cumplirá su juramento? Creo que tendréis que esperar al Cuento de Navidad II para averiguarlo. 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Lo ves?

Hoy estoy un poco melancólica y hace un par de días que no se me va de la cabeza esta canción (aunque no sé cómo ha llegado), así que... ¿por qué no compartirla? Es preciosa, a pesar de ser tan triste, o quizá precisamente es preciosa por ser tan triste.


Nuestro amor era igual que una tarde de abril
que también es fugaz, como ser feliz.
Pudo ser y no fue, por ser la vida como es,
nos dio la vuelta del revés, ¿lo ves?, ¿lo ves?

Nuestro amor era igual que una mañana sin fin
imposible también como no morir.
Dejó de ser o será porque el diablo es como es
juega contigo al esconder, ¿lo ves?, ¿lo ves?

Y ahora somos como dos extraños que se van sin más, como
dos extraños más que van quedándose detrás.
Yo sigo estando enamorado y tú sigues sin saber si lo has estado
y si te quise alguna vez, ¿lo ves?, ¿lo ves?

Después nos hemos vuelto a ver alguna vez
y siempre igual, como dos extraños más que van quedándose detrás
y este extraño se ha entregado hasta ser como las palmas de tus manos
y tú solo has actuado y yo aún sabiendo que mentías me callé.
Y me preguntas si te amé, ¿no ves?, ¿no ves?

Yo que lo había adivinado y tú sigues sin creer que se ha acabado.
Por una vez escúchame, ¿no ves?, ¿no ves?

Míranos aquí diciendo adiós.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Propósito de año nuevo

Desde que empecé a pensar demasiado en política soy una persona mucho más malhumorada que antes. 

La política no me hace sentir muy grande y compleja (una especie de milagro hecho de piezas repetidas que al final ama y piensa) como cuando me comparo con un átomo o una molécula; ni tampoco me hace sentir absolutamente insignificante y prescindible (ya nada milagrosa), como cuando me da por pensar en planetas, sistemas solares y galaxias. La política, simplemente, me hace sentir impotente, decepcionada con el género humano y, sobretodo, de una soberana mala leche. Además, consigue que me cabree conmigo misma por dedicar tiempo a pensar en algo que en verdad no lo merece, y que me arrebata ocasiones de meditar acerca de otras cosas, digamos, más existenciales.

Hoy he visto en las noticias, aunque no me he enterado del todo bien, que se ha acordado en Durban prolongar el protocolo de Kioto contra las emisiones, si bien sólo lo suscriben los países que producen el 15% de las emisiones globales. También he visto que no se ha logrado acuerdo vinculante de ningún tipo (Kioto de por sí no lo era) y que, de legislarse el asunto, lo que se legisle no se empezaría a aplicar hasta el 2020. Después, una "experta" (no me ha dado tiempo a leer qué o quién era, sin gafas las cosas se complican) ha dicho que si empezamos a actuar en 2020 ya se habrá aumentado la temperatura media del planeta en 2ºC. Está descrito que este aumento supone catástrofes de todo tipo (ecológicas, sociales, alimenticias, económicas). Y los políticos tan panchos, que no pueden parar sus emisiones porque es muy importante que las fábricas de productos made in China sigan funcionando a la máxima potencia, ahora que se están haciendo los amos del mundo vendiendo artículos tan imprescindibles para la supervivencia humana como éste (en honor a Homer Simpson) y también como este otro, y casi sin ningún tipo de explotación de los empleados, que trabajan de media tan sólo 14 horas diarias.

Está claro que los políticos son un género humano que poco piensa en átomos (algunos, como Rubalcaba, Doctor en Química, debieron de pensar en su día, pero se les han olvidado) y, por tanto, están tan alejados de mi naturaleza que no sé por qué he dejado que la política me atrape con sus tentáculos viscosos.

Así que mi propósito de año nuevo es pensar menos en política y evadirme un poco más del mundo como en los viejos tiempos. No sea que yo también me acabe convirtiendo en uno de ellos y, el 2012, me levante sin recordar que cada día que mi cuerpo y el de los míos sigue funcionando sin obstáculos es un milagro de aúpa, y que cada siglo que pasa sin que el Universo nos dé un capón y nos mande a todos a tomar por saco, una especie de mano protectora misteriosa que muchas veces nuestra ignorancia y nuestra soberbia no se merecen.