sábado, 21 de mayo de 2011

Reflexionando

Hace tiempo que ronda por mi mente la idea de crear un blog misceláneo.
Literatura a la parrilla me ha dado muchas satisfacciones y por supuesto seguirá adelante, pero en ocasiones he sentido la necesidad de hablar de temas que no tenían cabida en él. De hecho, muchas veces he sucumbido a la tentación y he publicado entradas que, en efecto, no estaban dentro de la temática que se plantea en LP.
Así que, para desdoblarme (sin desvincularme del todo) ha nacido "El Mundo a la Parrilla".
Como os decía, esta idea no es cosa de hoy. Sin embargo, los acontecimientos que se están dando en nuestro país durante estos días han sido un potente detonante.
Movimiento 15-M. Me gusta, como mínimo, el nombre.
Que se le ponga nombre a los acontecimientos es una forma de designar algo que ya estaba ahí. Bautizar lo que sucede hace más sencillo marcar un antes y un después y, por tanto, hace más fácil que tenga consecuencias. Es decir, lo convierte en un hito (en este caso, histórico, y esperemos que social).
En una sola semana he percibido el renacimiento de un vínculo dentro de una masa que estaba dispersa y desgañitada de gritar cada uno por su lado, harta de quejarse en casa y callar en la calle. Una fraternidad sin precedentes, lejos de las rencillas de siempre y de aquellas dos Españas que tanto daño han hecho.
Como en todas las grandes causas habrá de todo. Habrá quien profiera absurdos amparándose en el movimiento y habrá quien vea en éste alguna mano negra que busca no sé qué oscuros fines de Dominio Mundial (sí, lo creáis o no, ya he leído cosas semejantes) pero también habrá quien sólo vea en ello lo que es: la oportunidad que estábamos esperando para un cambio a mejor, la posibilidad de refundar un Estado que parecía aletargado por la caja tonta; un Estado que ha vuelto a demostrar que no hay que infravalorarlo nunca. Otra cosa no lo sé, pero creo que estamos dispuestos a cantarle misa al más pintado si se trata del bienestar de los nuestros. Y me vais a disculpar, pero a eso, hablando en plata, se le llama tener cojones.
Por el bien de todos, olvidemos por un momento lo que nos separa y centrémonos simplemente en lo que nos une, que es muchísimo más. Ahora creo firmemente que todavía es posible hacer un mundo mejor, más ético y más humano, y de verdad que se me saltan las lágrimas.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Eso es estrenar un blog por la puerta grande!!! Totalmente de acuerdo contigo. Si hace dos semanas me hubieran dicho la que se iba a organizar, no me lo hubiera creído. Estoy tan feliz y sorprendida...

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  2. ¡Bienvenida! ¡Mi primer comentario, qué ilusión! Por lo visto esta es la semana de las ilusiones :) Esperemos que se prolonguen... ¡Bienvenida de nuevo!

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