Bueno, después de dos semanitas, ¡se acabaron las vacaciones! No sé si me apena o me alegra, porque durante estos días en los que no he podido salir mucho de casa por razones logísticas (aunque por fin en mi propia casa, eso sí) he tenido demasiado tiempo para pensar y mis pensamientos no siempre son buenos. Mañana me toca volver al trabajo, reencontrarme con los compañeros que no estén de vacaciones, reencontrarme con mis muestras y mis equipos y dedicar mis neuronas a pensar en cosas científicas y productivas. En fin, veremos si me pilla eso que llaman depresión postvacacional o simplemente prolongo la depresión vacacional.
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