"-Ya sabes que el capital oprime al trabajador. Nuestros obreros y campesinos llevan todo el peso del trabajo, y las cosas están establecidas de tal manera, que por más que trabajan no consiguen salir de su situación de bestias de carga. Todas las ganancias, con las que podrían mejorar su situación, proporcionarse descansos y, por consiguiente, instruirse, se las llevan los capitalistas. La sociedad está organizada de tal modo que cuanto más trabajen los obreros tanto más acumularán los comerciantes y los terratenientes, y aquéllos seguirán siendo siempre bestias de carga. Es preciso cambiar ese orden de cosas [...]."
Capítulo XXV de Ana Karenina.